¿Cuándo matamos el chon? Aún no calentaba el sol y las chimeneas alentaban lánguidamente un humo blanquecino y el áspero aroma de la paja quemada se cernía sobre el pueblo como un incienso pegajoso. —dijo. El cieno había dejado sobre una de sus pantorrillas una sucia huella como un calcetín oscuro. Las manos del Antoliano, nevadas ahora de aserrín, eran enormes, como dos palas y, según él, paseando una noche cerrada con ellas en los bolsillos tropezó y se dio de bruces con el brocal del pozo del Justito antes de tener tiempo de sacarlas. Autor: Las Ratitas Fecha: 19-05-2020 Género: Infantil Editorial: Destino Infantil & Juvenil Páginas: 144 ASIN/ISBN: 840822574X Idioma: Español Formato de descarga: ePub y PDF Descargar ePub Descargar PDF El Antoliano prendió el cigarrillo con un chisquero de mecha y agregó con los labios apretados: —¿Estiércol de vaca o de caballo? El Antoliano se incorporó, arrojó la colilla al barro y la hundió de un pisotón. El Rabino Chico cabeceó levemente. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); Después se arrimó al hogar y dio la vuelta a las mondas de patata que cocían a fuego lento. El Pruden no alteró su voz templada y paciente. Don Zósimo, el Curón, que por entonces andaba de párroco en el pueblo, le decía: « Rabino, ¿por qué no vienes a misa?» . Cincuenta y siete años. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); —Toma —dijo el Nini alargándole el pájaro. Los tres chopos desmochados de la ribera, cubiertos de pajarracos, parecían tres paraguas cerrados con las puntas hacia el cielo. El tipo ese es de cuidado, ya ves. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); Un ataúd. Trata la historia de un niño que lleva una vida miserable junto a su tío, viviendo en una cueva y alimentándose de ratas de agua, en un pueblo de Castilla. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); Por contra, el Rabino gustaba de charlar con las vacas y, según decían, poseía el don de interpretar sus mugidos. Me encantaría tus pensamientos, por favor comenta. Los paisajes son fundamentalmente urbanos, ya que se centra en el pueblo donde el Ratero, vende el producto de su caza, que pronto tenderá a extinguirse y deberá buscar otros recursos de subsistencia. El gato continuó durante dos o tres meses , llevando al rey obsequios de parte de su amo. Pero no pasó nada. En mayo araba los barbechos y, de este modo, llegado noviembre, y a tenía dada vuelta a la tierra. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); La perra se enredó en las piernas del niño y él le acarició el lomo a contrapelo, con el sucio pie desnudo, sin mirarla; luego bostezó, estiró los brazos y levantó los ojos al lejano cielo arrasado: —El tiempo se pone de helada, Fa. En las tres. Y bien cernida —respondió el niño. Esta vida miserable, moldea y determina el futuro de los personajes, el Nini, el niño, ... El mejor lugar para descargar o leer en línea los mejores libros en PDF… La Sabina no respondió. —Eso. La mujer trataba de calmarlo. Reanudó su camino y como viera a la perra merodeando la casa de José Luis, el alguacil, la silbó tenuemente. El tío Ratero, desde la boca de la cueva, vio ascender al Nini por la falda del teso, con el cuervo en una mano y el cepo en la otra. El niño agarró la puerta para marcharse y el Pruden, entonces, se incorporó y dijo: —Aguarda. Al regresar a la cocina, el Pruden analizó el grajo con concentrada atención y después continuó envolviendo en silencio el pienso de las gallinas. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
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