La sonrisa fluye de manera natural y en muchas ocasiones se produce al escuchar reír a otro, por este motivo ponerla en práctica en casa, con tu familia, puede ser un hábito maravilloso no sólo para sentirte mejor, sino también para alejar los sentimientos negativos, el estrés acumulado del día a día y favorecer las relaciones afectivas.
La risoterapia consiste en el uso terapéutico del humor y de la risa. No hay medicamento más potente y más eficaz que una carcajada, sobre todo cuando se trata de la emitida por los niños.
Risoterapia para niños y en familia, es una actividad que une la respiración, la expresión corporal y muchas risas para favorecer la salud, la motivación y el rendimiento escolar en los niños y las buenas relaciones de los diferentes miembros de la familia.
El objetivo principal de está técnica es liberar las tensiones, una vía para atreverse a expresar lo que se siente y devolver la bocanada de aire fresco que es la carcajada: La esencia de la risa, la alegría y el bienestar.
Es un buen medio para que los niños descubran la fantasía, la magia y la diversión en un retorno al verdadero espíritu infantil; así como un momento de relación familiar.
¿Qué podéis conseguir practicando la risa en familia?
- mejorar la comunicación entre padres e hijos
- compartir emociones positivas
- profundizar los lazos afectivos
- favorece el autoconocimiento
- liberación y experimentación emocional
- desarrollar múltiples fortalezas humanas y capacidades como la imaginación, la creatividad, etc.
- a través del juego: experimentar, percibir, explorar, conocerse, crear y crecer individualmente y en la relación familiar
- conocer a otras familias positivas
Mediante esta práctica los niños aprenden a respirar bien, desarrollan una actitud positiva y un equilibrio mental necesario para poder resolver las situaciones conflictivas. Practicar la risoterapia ofrece a los niños una mayor capacidad de atención, concentración y ayuda a disminuir su agresividad, asimismo favorece la comunicación y combate la inseguridad y las alteraciones de conducta.
Otro aporte fundamental que este arte de reír y respirar le brinda a los niños el placer y la diversión del juego tan positivo tanto a nivel físico, mental como emocional e decir: salud para el cuerpo, equilibrio para la mente y alegría para el espíritu.
Jugar con nuestros hijos nos descubre aspectos que jamás hubiésemos imaginado, tanto a ellos como a nosotros. Reírnos juntos, y acercarnos a su mundo nos ayuda a entenderles mucho mejor. Practicar la risoterapia en familia es una sencilla forma de hacerlo y tiene múltiples beneficios.
Cómo organizar nuestra sesión de risoterapia casera.
Hoy, debido a nuestro ritmo de vida, nos olvidamos del juego en familia. Es habitual que los niños se entretengan con los canales infantiles de televisión, con Internet, juegos electrónicos que nada tienen que ver con los tradicionales. Estos algunos de los motivos por los que nos falta la comunicación familiar sin distracciones, momentos de ocio para reírnos a carcajadas. Así, podemos organizar una sesión de risoterapia en familia:
- Si es viable invitamos a los abuelos, tíos, primos... a nuestra familia más cercana, ¡cuántos más participantes más divertido!
Podemos comenzar realizando manualidades con una simpática invitación creada por nosotros mismos: por ejemplo, en una pequeña cartulina recortamos de una revista animalitos y sobre la cabeza de éstos colocamos una foto nuestra de carnet, y escribimos : “Algo anda mal en esta casa y no sabemos que es ¿notas algo raro? Te invitamos a descubrirlo". Y adjuntamos el día y la hora... y enviamos notificación, vía e-mail, correo, fax....
- Preparamos nuestro salón, ya que cuanto más despejado esté de objetos mucho mejor. Los juegos, en ocasiones, requieren espacio, y así evitamos pequeños accidentes caseros como rotura de objetos, tropezones y caídas.
- Recomendamos ropa cómoda, ligera, con la que poder tirarse al suelo libremente, sin miedo a estropearla y, sobre todo, que no nos oprima.
La sesión de risoterapia para toda la familia.
Como ya nos conocemos, no hacen falta presentaciones formales, pero sí, nos podemos inventar un personaje y cambiar la personalidad. Una vez hecha la presentación viene la ronda de juegos.
Estos son algunos de los muchos que podemos hacer:
· Nos colocamos en círculo, y el que inicia el juego le pasa al de su derecha la mueca más estrafalaria que se le ocurra, y éste al de al lado, así sucesivamente hasta llegar al primero. Uno por uno vamos realizando la ronda de gestos ridículos y os puedo asegurar que las carcajadas están aseguradas, y como ya se sabe, la risa es contagiosa, y nos produce una borrachera de felicidad.
· El Mimo. Nos colocamos en pareja frente a frente; estando así, por turnos cada uno expresa una conducta con gestos o posturas solamente, sin palabras; pueden ser conductas como alegría, asombro, reconocimiento, tristeza, desprecio, sospecha….
· Río y me enfado. Se establecen unas consignas/ señales que relacionamos con una acción (carcajada, estar serios...) El adulto hace alguna señal que todos puedan percibir; pide que rían a carcajadas al ver esa señal; al hacer otra señal pide que se pongan serios. Repite este ejercicio varias veces. Por supuesto que los niños/as no lograrán pasar de la risa a la seriedad.
· No te rías que es peor. Nos situamos cara a cara. Durante un minuto uno de la pareja debe hacer reír al de enfrente y éste no debe reírse. El siguiente minuto se cambia. No vale hacer cosquillas para hacer reír. No vale cerrar los ojos para no reírse.
· Técnica de risa fonadora: Tirado en el suelo practica la risa con las 5 vocales: Jajaja, Jejeje, Jijiji, Jojojo, Jujuju
Beneficios de la risoterapia para los niños
Al acabar la sesión de risoterapia casera, nos embargará una enorme sensación de paz, de cariño y de relax, con el sabor del contacto humano en la piel. Los adultos volvemos a ser niños, y estos, se muestran tal como son, sin tapujos ni vergüenzas, disfrutando al mismo tiempo de unos adultos que ahora están a su mismo nivel, compenetrándose con ellos.
Este contacto directo y placentero revuelve sentimientos dentro de nuestro ser que creíamos perdidos, y todo esto tan sólo con dedicar una tarde de
domingo y probar a ver qué pasa. Los resultados son asombrosos.
Lógicamente es más fácil con la guía de un terapeuta, que sigue las pautas adecuadas y la dinámica del juego, evitando pausas y lapsus como "¿qué hacemos ahora? No se me ocurre nada” y se apaga la llama de la diversión. Por eso, es bueno acudir a una de estas sesiones de risoterapia y aprenderse la dinámica para tratar de reproducirla en nuestro hogar, a modo de deberes o recordatorio. El terapeuta nos indicará como realizarla y después le contaremos la experiencia.
Como podemos observar, una sesión de risoterapia es una forma relajante y al mismo tiempo divertida para que los niños se reequilibren y armonicen. Se les enseña a desarrollar su fantasía, sus sensaciones y a respirar bien, pero sobre todo a dejarse fluir en el manantial de la risa.